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 Clarín, Buenos Aires, lunes 5 de diciembre de 1977

 Columna Nº 12

BELGRADO, 1 (Enviado espe-

cial). — Se ha sabido que Boris 

Spassky pidió el aplazamiento 

de la sexta partida a causa de 

un dolor en la garganta; quizá 

le afectó la baja temperatura 

de 5 grados bajo cero que en 

estos días soporta Belgrado. 

Personalmente, repito, pienso 

que lo ha hecho para mejorar 

su preparación contra la de-

fensa francesa en la partida a 

jugarse mañana. Hasta ahora 

Víctor Korchnoi mostró exce-

lente preparación y quedó me-

jor en las dos partidas donde 

se defendió con esa línea. Con 

respecto a Spassky y sus cola-

boradores, se han producido 

hechos que llamaron la aten-

ción. Geller estuvo solamente 

tres días y retornó a su país. 

Furman, que había prometido 

venir, aún no llegó. Por ello, 

solo cuenta con Bondarevsky. 

Ha pasado, sin duda, algo que 

debe tener relación con cier-

ta actitud de Spassky, quien, 

en algunos reportajes, declaró 

que si ganaba el match, juga-

ría  la  final  por  el  título  con 

SE REANUDA El GRAN MATCH

Spassky necesita ir por el  triunfo

Spassky juega hoy con Korchnoi la sexta partida, aplazada el viernes. 

Lleva las blancas y seguramente aprovechó el tiempo para mejorar su 

preparación contra la defensa francesa. ¿Por qué lo abandonó Geller y 

no llega Furman? Declaraciones suyas que pueden tener relación con 

este hecho. Korchnoi analizó la quinta partida y mostró su error, come-

tido en apuro de tiempo. Amarga noticia para él: las autoridades sovié-

ticas negaron el visado a su familia.

Boris Spassky

Víctor Korchnoi

Karpov, únicamente fuera de la 

Unión Soviética.

  Es posible que esto, molestara a 

la Federación Soviética y se le re-

tiró la ayuda de los analistas. El 

hecho no parece tener 

otra

 expli-

cación. Además, no es la primera 

vez que ocurre esto con el ex cam-

peón mundial, a quien anterior-

mente, se le negó el permiso para 

jugar un torneo en Holanda y fue 

reemplazado por Korchnoi, quien 

luego de ganarlo, se exilió en dicho 

país. Como se sabe, ambos se hos-

pedan en distintos hoteles. Yo vivo 

en el mismo hotel que Korchnoi, 

quien tiene una guardia especial 

que lo cuida durante todo el día. 

Para alojarme aquí tuve que tener 

su autorización pues él no quiere 

que ningún ajedrecista le moleste. 

Korchnoi  y Spassky nacieron en 

Leningrado y fueron amigos des-

de la infancia, pero las cosas han 

cambiado y sería innecesario se-

ñalar los motivos.

  Los allegados, al pedir una ex-

plicación, me respondieron que lo 

hace porque necesita de esta ene-

mistad para volcar toda su furia 

en cada partida. De ese modo, aun 

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si yo fuese su rival, sería su 

enemigo de turno. Pero pienso 

que al terminar el match todo 

volvería a la normalidad y se-

ríamos amigos como siempre. 

Es lo que espero, ocurra entre 

él y Boris. Con Korchnoi ana-

lizamos la quinta partida y lle-

gamos a la conclusión de que a 

causa del apremio de tiempo, 

no dio con las movidas más 

correctas para explotar una 

posición, que, como le señalé 

a él mismo, le ofrecía gran-

des chances de triunfo por la 

actividad de sus dos formida-

bles alfiles. ¿Dónde cometió el 

error? Veamos la posición crí-

tica:

  En este momento se conti-

nuó así:

Blancas 

Negras

Korchnoi  Spassky

21. P3A? 

A3R

22. TR1CD   P4TD

23. A3D 

P5T

24. R2A 

P6T

25. T3C 

C7C

26. TxP 

CXA

+

27. PxC 

TR1D

28. T1D 

T2D

  Y las negras lograron el 

equilibrio. El procedimien-

to era sencillo. Con 21. A3D, 

A3R; 22.TR1A se tenía la po-

sición indicada para valorizar 

la acción de los alfiles. Lo de-

más era cuestión de técnica. 

El score de 3,5 a 1,5 colocará a 

Spassky en el trance de buscar 

el triunfo con las blancas. Se 

sospecha que insistirá con su 

P4R, en un nuevo desafío a la 

defensa Francesa.

  El 15 de enero se jugará 

en Holanda un gran torneo. 

Participarán maestros enca-

bezados por Korchnoi. Me han 

invitado y pienso jugar. Com-

pletan la nómina: Portisch, 

Hort, Hubner, Mecking, Tim-

man, Sosonko, Donner, Wal-

ter Browne y otros. Noticias 

llegadas por cable que segu-

ramente también estarán en 

Buenos Aires, dan cuenta de 

dos hechos vinculados con este 

match. Una de ellas se refiere 

al visado que Bela Korchnoi pi-

dió para ella y su hijo, Igor, el 

10 de agosto, a las autoridades 

soviéticas a fin de reunirse con 

su marido. Según declaracio-

nes de Bela, le ha sido negado. 

Su hijo fue expulsado de la ju-

ventud comunista (Komsomol) 

y por estar en edad del servicio 

militar, teme sea incorporado 

al ejército, lo que le impediría 

emigrar hasta dentro de siete 

años por lo menos. Se imagi-

nan la impresión de Víctor, 

quien vivía pendiente de esta 

noticia que seguramente le 

adelantó su esposa por teléfo-

no.

  El otro cable, procedente de 

Puerto Rico, anticipa la reso-

nancia que tendrá la próxima 

disputa del título entre Anato-

li Karpov y el ganador del pre-

sente match. La Federación de 

ese país ofrece, para organiza-

do, una bolsa de 250.000 dóla-

res. Es, por cierto, una suma 

respetable, pero estimo que 

cuando llegue la puja, habrá 

posturas mayores. Y serán mu-

chos los países que lucharán 

por ese privilegio. Filipinas, 

especialmente, no reparará en 

cantidades para tener ese pri-

vilegio. Y sobre esto, cabe nue-

vamente, recordar a Fischer y 

todo lo Bobby decía que si se 

pagan millones de dólares a 

campeones de box, tenistas, 

beisbolistas, etcétera, no hay 

por qué dejar de lado a los aje-

drecistas, quienes deben dedi-

car sus vidas para conquistar 

lauros, también en agotadoras 

luchas. Es por ese explicable 

motivo que todos los maestros 

añoran su retorno ¿Cuánto se 

habría pagado por un match 

entre él y Karpov ahora?

  Conocido  es  que  los  filipi-

nos, hace años, ofrecían 5 mi-

llones de dólares. Pero hoy, 

Bobby, seguramente, habría 

pedido más.  Y no es para menos: 

solamente por un match con 

Korchnoi, fuera de título, des-

de luego, un grupo de empre-

sarios alemanes está dispues-

to a invertir 3 millones de esa 

moneda Botvinnik criticaba 

este profesionalismo, pero es 

propio de la época. El historial 

de los maestros de ajedrez no 

muestra muchos afortunados 

y hubo casos en que les faltó lo 

esencial para subsistir.

Miguel Najdorf

Edición y Diagramación:

Prof. José Luis Matamoros B.

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