Estemos iniciando una combinación o defendiéndonos en una posición difícil, antes de jugar un movimiento que requiera un cálculo detallado, siempre compensa repasar la variante mentalmente una vez más y sin prisas. La mente puede poner todo tipo de trampas a quien calcula precipitadamente.
A Mijaíl Tal le gustaba recordar que, en su primer encuentro serio, rechazó una sencilla idea defensiva que le habría dejado con una torre de ventaja, y en su lugar comenzó a analizar “una combinación increíblemente bella”. Decidió realizarla. Pero después de hacer varias jugadas “descubrí que toda mi combinación se basaba en el movimiento Af8-g5 (!!!). Y, puesto que los alfiles no mueven así, tuve que abandonar”.
Algo parecido le sucedió a David Bronstein en su torneo más importante, cuando tras mucho pensar ideó “una maravillosa combinación”. Después dejó pasar la posibilidad de repasar sus análisis y pagó por ello. Todo comenzó cuando, con las piezas negras, inició un ataque temprano en el flanco de dama.
Mijaíl Botvínnik - David Bronstein
Encuentro por el Campeonato del Mundo, 1951