Con frecuencia un jugador experto cae ante la aplastante combinación de su rival. “¿No vio lo que venía después?”, le preguntan. Y él contesta: “No, vi sus otras amenazas, pero no la que jugó”.
Esto es lo que sucede cuando confundimos variantes con ideas. Vemos cómo nuestro rival puede aprovechar cierta característica de la posición, una clavada o un ataque doble, pero en lugar de impedirlo librándonos de la clavada o protegiendo una pieza potencialmente atacada, nos convencemos de que todo lo que necesitamos es afrontar una variante concreta.
Esto es suficiente en ocasiones. Otras veces no:
Liubomir Liuboievic - Leonid Stein
Las Palmas de Gran Canaria (España), 1973