Gambito de Dama Rehusado: principios básicos
Durante la mayor parte del siglo XIX, romanticismo y ataque estaban a la orden del día, y la primera jugada de las blancas era, invariablemente, 1 e4. Sin embargo, al aproximarse el fin de siglo los mejores maestros comprendieron que abrir el juego con 1 d4 tenía mucha más lógica ajedrecística. En un aspecto no había el menor desacuerdo: la mejor respuesta a 1 d4 era 1 ... d5. El razonamiento subyacente en 1 ... d5 era (y sigue siendo) totalmente correcto. Las negras imitan la fuerte jugada central de las blancas y lucharán para conservar el control de su importante casilla d5. Dado que la dama ya protege esa casilla, la tarea de las negras es bastante más fácil que en las aperturas derivadas de 1 e4 e5. Debido a su corrección y solidez, el Gambito de Dama Rehusado ha resistido la prueba del tiempo, y en la década de los ochenta disfruta de la misma reputación que disfrutaba cien años atrás.
La característica más destacable de 1 ... d5, seguido de 2 ... e6, es su solidez. Este sistema es el preferido de aquellos maestros habituados a defender posiciones ligeramente restringidas, en las que saben cómo conseguir, llegado el momento, una correcta igualdad. El juego de las blancas en el Gambito de Dama normalmente se inicia en ese flanco o en el centro. No obstante, en los casos en que se abre el centro, eso suele significar que la escena de la lucha se trasladará al flanco de rey. El enfoque de las negras, por lo general, es defenderse en cualquier sector en el que ataquen las blancas, y las oportunidades de aquéllas pueden producirse como consecuencia de una excesiva expansión de las blancas.
Naturalmente, cada variante concreta tiene sus propias claves. La línea principal y alternativas más importantes son como sigue: