Malas jugadas: cómo no realizarlas
Los dos enfoques generales para conseguir el éxito (tanto en los negocios, como en la política, en el ajedrez, en la vida) son el enfoque positivo y el enfoque no negativo. Los verdaderamente grandes triunfadores son aquéllos que piensan de forma positiva y, por supuesto, actúan en consecuencia para plasmar su éxito personal. Ese enfoque también es el mejor en ajedrez, y por eso es por lo que este libro lleva por título Como realizar buenas jugadas en la apertura. Esto no significa, sin embargo, que el enfoque no-negativo sea descartable. Mucha gente consigue resultados perfectamente satisfactorios dejándose arrastrar por la marea, con lo que su barca nunca encalla, manteniendo su casa limpia y sin cometer ningún error.
En ajedrez, si no hace usted nada erróneo, es seguro que llegará sano y salvo al final. Cierto que no ganará todas las partidas que juegue, pero la agradable combinación de muchas victorias y algunas tablas siempre le garantizará un buen puesto en la clasificación final. El propósito de este capítulo es ayudarle a evitar las malas jugadas, de manera que puedan propiciarse las buenas para más adelante. La técnica principal para evitar las malas jugadas es jugar de acurdo a los principios de apertura que ya hemos comentado. Si una jugada no cumple con al menos uno de los objetivos de la apertura, existen grandes posibilidades de que resulte ser mala. Un útil corolario para erradicar las malas jugadas es jugar conforme a los objetivos básicos de la apertura elegida.
Un ejemplo clásico de lo que no debe hacerse lo constituye la brillante miniatura de ataque que sigue.
P. Morphy - Duque de Brunswick y Conde Isouard
París 1858
Defensa Philidor