Yefim Guéler - Milan Matulovic
Skopie (Macedonia), 1968
Juegan las blancas
El asunto de la fuerza y la secuencia resulta más importante aún en el cálculo defensivo.
Parece que las blancas están mejor gracias a su caballo más avanzado y a sus mejores peones. Pero 1 ... d4!, que elimina el peón débil de d, debería llevar a una partida de tablas muertas. En realidad, puesto que toma la iniciativa -realizando un movimiento fuerte- también coloca minas para que las blancas caigan en ellas.
Una de estas minas es bastante evidente: 2 Cxd8? va a ser contestada claramente con 2 ... dxe3. Después 3 Cxc6 es la única solución para no perder una pieza. Las negras tendrían entonces la posibilidad de elegir entre la más fuerte 3 ... exf2+, o la igualmente prometedora captura en ‘c6’, y ambas dejan a las negras con piezas mejor situadas.
La verdadera elección de las blancas es entre 2 cxd4 y 2 Cxd4. Los dos conducen a la misma posición tras 2 cxd4 Cxd4 3 Cxd4 Dxd4 o 2 Cxd4 Cxd4 3 cxd4 Dxd4, con igualdad. El buen calculador busca la opción que deja a su rival menos alternativas. Guéler, un fuerte gran maestro, eligió lo que creyó “más fuerte”, 2 cxd4, quizá porque mantiene la amenaza de 3 Cxd8 y previene variantes secundarias como 2 Cxd4 Txe3!?
Pero 2 cxd4?? permitió otra posibilidad: 2 ... Txe6! 3 Txe6 Cxd4!, tras lo cual las negras ganan una pieza en todas las variantes (4 Dc4 Cxe6; 4 Txb6 Cxc2).